Estuve cerca de dejar la natación

"Después de los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, cambiaba de entrenador o dejaba de competir. Estuve cerca de hacerlo. No quería más, la pasé mal", reconoce esta cordobesa, de 24 años, mientras se prepara para competir en Pekín, con su nuevo conductor desde septiembre del año último, Rodolfo Sacco, luego de haber estado junto a Héctor Bochi Sosa por siete años, con la consagración que significó un título para la natación argentina en Juegos Olímpicos, después de 68 años.
"La medalla de Atenas fue lo mejor y lo peor que me pasó. Representó algo que soñé, pero después me costó mucho recuperar las ganas de competir", cuenta Bardach sobre aquellos meses que prefiere olvidar.
Pero la historia no puede cambiarse y, durante este ciclo olímpico camino a China, Bardach consiguió algunas finales en los mundiales de Montreal 2005 y Melbourne 2007 y una medalla de bronce en los Panamericanos de Río de Janeiro, que, según reconoce, la conformaron poco. Ese tiempo de 4m37m51/100, que le permitió ganar en Atenas, no logró repetirlo y sus últimos registros estuvieron lejos de aquella marca, aunque según su nuevo entrenador el objetivo en Pekín es superar aquel crono histórico.
Bardach, enojada. Luego de la entrevista con lanacion.com, Georgina Bardach dejó una polémica frase en radio Universidad Nacional de Córdoba. "La pileta del Cenard, donde me entreno, está bien, pero cada vez que terminamos de practicar tenemos que bañarnos con agua fría", señaló la nadadora y siguió: "Los dirigentes sólo piensan en ellos; nunca, en los deportistas. Se creen más importantes que nosotros". El viernes último, el secretario de Deporte, Claudio Morresi, le contestó: "Me dolió muchísimo todo, porque ella nunca habló conmigo. Por la falta de agua caliente en el vestuario, somos culpables. Hubo un tema de mantenimiento no resuelto. Igual, los deportistas que se entrenan en el Cenard tienen una habitación con todas las comodidades a 25 metros del natatorio y a menos de 150 metros hay otros cuatro vestuarios en condiciones".
Pese a todo, Georgina se propone objetivos en el futuro próximo. Ya no piensa en dejar de nadar, si no que se pone como metas estar en la final de los 400 metros combinados en Pekín y también se imagina en los Juegos de Londres 2012. Algo cambió y lo positivo es que la natación argentina no pierde a uno de sus máximos exponentes, quien junto a Jeannette Campbell (Berlín 1936) y Alberto Zorrilla (Amsterdan 1928) son los únicos nadadores argentinos que lograron medallas en Juegos Olímpicos.
- ¿Cómo viene la preparación para los Juegos? -
- No te fuiste conforme con los resultados en los Juegos Panamericanos, ¿cómo estás ahora?
- Quedé mal de ánimo, pero ahora estoy mejor. Me sirvió el cambio de entrenador. Me siento mucho más tranquila y me está empezando a gustar de nuevo todo esto.
- ¿Por qué tomaste la decisión de cambiar de entrenador?
- Lo hacía o dejaba de nadar. Casi abandono, la pasé mal. Ahora, recuperé las ganas. Estaré en los Juegos y después un par de años más.
- ¿Cómo manejaste el hecho de haber perdido las ganas?
- Ya me había pasado otras veces. Pero sé que me gusta. Creo que si dejaba, iba a arrepentirme. Prefiero terminar de hacer todo ahora y abandonar después.
- ¿Con qué expectativas vas a Pekín?
- Me gustaría clasificarme a la final. Pero hasta que no se compite no se sabe.
- ¿Percibís que desde afuera te presionan para conseguir otra medalla?
- No siento que tengo que ganar de nuevo una medalla, aunque me lo dicen en la calle. Pero entiendo que la gente no sabe mucho de natación, entonces obviamente van a esperar que si en Atenas fui tercera, ahora debo terminar segunda o primera.
- ¿Qué significó la medalla de Atenas en todo sentido?
- Fue el sueño que tuve en los últimos años. No desde que empecé a nadar, porque no sabía que iba a llegar tan lejos. Por un lado, significó lo mejor que me pasó. Aunque también no sé si lo peor, pero fue muy feo. La pasé mal los primeros meses y, ahora, también por la presión que viene de afuera. Por suerte, mi presión me la saqué hace poco. Nado, porque me gusta a mí, nada más.
Fuente: La Nacion
No hay comentarios:
Publicar un comentario