lunes, 21 de abril de 2008

Las tecnologías de la información aplicadas al entrenamiento y la competición suponen una revolución
El deporte del futuro tendrá poco que ver con el actual. Al menos en lo que se refiere a los métodos de entrenamiento, la forma de arbitrar la alta competición y la recuperación de los deportistas. Esa es, al menos, la tesis que abonan destacados especialistas en las nuevas tecnologías aplicadas al deporte. Algunos de ellos se reunieron el jueves pasado en una cena, respondiendo a la llamada del informático Ramon Roy, de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), para debatir hacia dónde tiene que evolucionar la actividad física de élite. El exentrenador del Barça de balonmano, Xesco Espar; el seleccionador español de waterpolo, Rafael Aguilar; el bicampeón olímpico de vela, Luis Doreste, y el jefe de Tecnología e Informática del CAR de Sant Cugat, Josep Escoda, estuvieron entre los ponentes.
La filosofía de Roy, presidente de la asociación de exalumnos de la Facultad de Informática de Barcelona, es muy sencilla. Si en el campo empresarial, financiero, industrial y de las multinacionales las firmas destinan como mínimo un 3% de su presupuesto a las llamadas tecnologías de la información y las telecomunicaciones (TIC) para incrementar su negocio, el mundo del deporte tendría que hacer lo mismo para mejorar el rendimiento de los deportistas. "Los clubs y entidades deportivas deberían destinar entre un 5% y un 10% de sus presupuestos a las TIC, como hace cualquier empresa u organización líder",, asegura Roy. En el caso del Barça, por ejemplo, eso supondría una inversión de entre 15,5 y 31 millones de euros en el último ejercicio. "¿Mucho dinero? Eso depende. Si inviertes 20 millones de euros y ganas la Copa de Europa, es barato", insiste Roy.
El caso del Barça
¿En qué puede mejorar esa ingente inversión la preparación de los deportistas? Pues, por ejemplo, en el caso del Barça, para controlar mejor el estado de forma de los jugadores construyendo un historial pormenorizado de su rendimiento en todos y cada uno de los entrenamientos. "No hace faltar seguir a los jugadores por si salen de noche o no.
Efectuando solo un seguimiento de cada una de las sesiones aflorarán rápidamente sus bajadas de rendimiento. Pero para ello hace falta tener todo el historial, día a día, de una forma metódica, y no solo de forma esporádica".
Las tecnologías de la información por las que aboga Roy incluyen métodos audiovisuales, biológicos y físicos, instrumentos en definitiva que se ponen al servicio de los entrenadores y los técnicos para hacer un mejor seguimiento de los deportistas y corregir sus movimientos, su técnica y su rendimiento. Con la intuición y el talento ya no basta. "La intuición, el talento, la capacidad física y la mental componen los factores naturales del deportista. Pero después entra en juego la parte tecnológica, que es la que puede hacer la diferencia", asegura Roy.
Unas técnicas, por otra parte, con las que ya se está trabajando en el Centre d'Alt Rendiment (CAR) de Sant Cugat en varios deportes, como la natación sincronizada, la gimnasia rítmica, el waterpolo, la natación y el golf. Las cámaras de vídeo --desde todos los ángulos--, los sensores aplicados a los cuerpos, las gráficas de rendimiento, los ordenadores portátiles... Todo ello forma parte del decorado del CAR. Unas aplicaciones que se multiplicarán cuando en el 2010 disponga del nuevo pabellón polideportivo que tendrá salas en las que se podrán simular condiciones diversas de temperatura, humedad, altitud e incluso ruido ambiental.
Arbitraje electrónico
Los monoplazas de fórmula 1 de BMW, ahora tan competitivos, se han evolucionado en los simuladores de túnel de viento del Barcelona Supercomputing Center (BSC) de la Politècnica. Un proceso similar se puede realizar ya con las quillas de los barcos de la Copa América. Los bañadores de natación son ahora estratosféricos y favorecen los récords. Por no hablar de las posibilidades que las tecnologías abren en el arbitraje de los partidos, como ya sucede en el fútbol americano (con el uso habitual el vídeo) y el tenis, con el Ojo de Halcón, que da a los jugadores la posibilidad de pedir correcciones.
"Hay mucho dinero en juego en los deportes profesionales y no es lógico que pase como en la última jornada de la Liga española, en la que el árbitro dio un gol que no fue, el de Víctor Valdés, y no dio uno que fue, el del levantinista Courtois", reivindica Roy.
Fuente: El Periodico

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